DESTINO

VALLE DE BRAVO


El pueblo de Valle de Bravo se asienta en el municipio del mismo nombre, en el poniente del Estado de México y a dos horas de la Ciudad de México. Existía antes aun de la época colonial. Su nombre original era Pameje (lengua mazahua). En 1971, el Gobierno Federal le dio el título de “Ciudad Típica”. En este siglo, específicamente en 2005, la Secretaría de Turismo lo incorporó al programa de “Pueblos Mágicos”. En efecto, la magia de este destino, sus calles empedradas, las tejas típicas de sus casas, sus caminos sinuosos que suben y bajan los montes, sus bares y cafés, sus paisajes de intensos azules y verdes, sus tradiciones, su artesanía y tradición alfarera, sus fiestas y su aire de exclusividad que ha atraído a celebridades para residir aquí incrementan el atractivo de esta población.

Las alternativas para realizar turismo ecológico, histórico, artístico y religioso son incontables. Por supuesto, los enamorados no necesitan más que la seducción de las románticas farolas nocturnas, los rincones frente al lago, una copa de vino en un restaurante íntimo… Pero el paisaje natural también llama a los adictos a la adrenalina, tanto para hacer deporte, como para participar en aventuras con diferentes rangos de riesgo.

Si bien Valle de Bravo goza de un estilo que lo distingue, el ojo avizor encontrará sus huellas prehispánicas. El arte colonial lo espera en obras de arquitectura religiosa y civil, y el ingenio contemporáneo también aparecerá ante su mirada a la menor provocación. 

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El viajero más sabio, a fin de cuentas, sabe que emprender la aventura infinita de conocerse a sí mismo y armonizar su ser con la Naturaleza, sintonizar con la vida, es el verdadero camino. Para tal emprendimiento, Valle de Bravo también alza la mano en primerísimo lugar. 

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